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I Se levanta breve cerro sobre la tierra tan llana; desde lo alto se contempla, tranquilo, con soledad, el verde color del prado, las flores silvestres, blancas, amarillas, rojas…todas, cual alfombra decorada. Atraviesa riachuelo, de aguas muy limpias y claras y al asomarte descubres transparencia de cristal y entre sus senos los peces de forma tranquila nadan; son unidas las orillas por puente de piedra blanca; altos árboles se extienden unos pasos más allá, de copas verdes, frondosas, de ramas entrelazadas, que a duras penas permiten la luz del sol penetrar, y algunas se alzan al cielo como agujas afiladas. Un caminito se pierde dentro de aquellas entrañas, donde se guardan misterios de imaginación humana. No se puede encontrar otro Tan bucólico lugar.
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II Sólo cruzan la frontera aquellas valientes almas, que no temen al peligro, ni cuentos de los que se habla, que en el hogar, junto al fuego relatan las viejas sabias. Y dicen los más ancianos que quien en esas entrañas tiene intrépida osadía, quizá insensata, de entrar, ya no vuelve a ver el sol y su tumba halla acullá. Mas ha surgido un valiente, si en él la locura manda no se sabe a ciencia cierta, o si es de miedo la falta. Frente a las puertas se encuentra, escruta con su mirada, huele el aroma del aire y el oído ya aprestaba ante cualquier ruido raro. Sin temor sus pies ya avanzan. Gran robustez en los troncos, que muestra su antigüedad, las hojas de tonos verdes, alguna vez plateadas por el reflejo del sol que entre las frondosas ramas, repletas de grandes hojas se logra a veces filtrar. En el verde manto surgen diversos tipos de plantas: arbustos y matorrales, cardos espinosos, zarzas; en otras zonas tomillo, hierbabuena perfumada, brezo y romero oloroso, solitaria la retama, el majuelo con su frutos, por último extensa jara. Un ruido de pronto rompe, quiebra la tranquilidad, corazón sobresaltado, ojos de inquieta mirada; un nuevo ruido se escucha como de quebrada rama; el corazón palpitante, más cercano se escuchaba, a las mientes acudían las historias relatadas. Los ojos su presa hallaron, susto vano, falsa alarma, pues una pequeña ardilla era el temible fantasma. Cual después de la tormenta ha regresado la calma. Continúa su camino con alma envalentonada, no detienen sus dos pies ni las espesas marañas de ramajes abundantes, ni las espinas de zarzas, ni el tronco del árbol caído que en su sepulcro descansan. En el corazón del bosque se ve impedida su marcha por un arroyuelo manso. ¿La mirada es engañada? En las aguas, en el fondo se ve calavera humana.
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III Mas de su error percatóse, pues su vista era engañada, no había una calavera, ahora contaba varias, al momento innumerables y entre ellas los peces nadan. Para el extraño prodigio explicación no encontraba y no lo hubiera creído si alguien se lo relatara. Por su cuerpo recorrió una sensación extraña, y al instante escalofrío el su vello erizaba y aunque no oyó ningún ruido sentía que a sus espaldas, le observaba una presencia que suponía amenaza. Ahora sentía frío que en los huesos se clavaba; por el poderoso miedo estaba su sangre helada. Unos pasos se escucharon, mientras una voz hablaba: - ¿Tú quién eres que has osado en el bosque penetrar? Sobre sí mismo giróse y vio que la voz humana tenía de varón cuerpo y penetrante mirada A esto quiso responder, mas de ello no fue capaz, mudó quedó, no brotó sonido de su garganta. Aquel hombre habló de nuevo. -Yo soy del bosque guardián el protector de este mundo animal y vegetal, quien castiga al insensato que perturba nuestra paz. Has cruzado la frontera que para ti está vedada e insolente has caminado. Ahora la pena paga, éste es el fin de tu senda, y entre cristalinas aguas tu sepulcro has encontrado. Después de aquestas palabras, una nueva calavera de los peces era hogar.
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4 comentarios:
Jejeje, ¡pero qué pronto te has cargado al protagonista! Ha durado menos que Janet Leigh en Psicosis. ¡Hay que ver, qué bosque tan desaborío!
Está emocionante la tercera parte...
Quería plantearte también una duda sobre un verso de la segunda parte:
"y su tumba halla acullá."
¿Acullá no se utiliza contraponiéndolo a otro adverbio de lugar? ¿O lo tomas como una licencia poética?
Gracias Diego.
Perdón por el retraso en pasar el comentario.
En esta ocasión me he tomado una libertad métrica ya que no me gustaba como sonaba "halla allá" o cualquier otra combinación por resultarme una secuencia cacofónica.
Me alegra su comentario Príncipe de Esquilache y más que visite con asuidad este pequeño rincón.
Un saludo.
no me gusta.
y ahora que?
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